Cómo dar medicamentos a un gato: consejos y trucos

Estar enfermo no es divertido, y mucho menos cuando tienes que tomar medicamentos para sentirte mejor. No es diferente para tu peludo. Ya sea por una enfermedad o una alergia, a veces los gatos necesitan medicamentos para mejorar su salud.

Índice

Sujetar a tu gato

Para algunos gatos, el simple hecho de que les cojan en brazos puede crearles estrés. Acércate a tu gato con cuidado, hablándole con voz suave y tranquilizadora mientras lo coges. Envuélvelo en una toalla o manta suave, tal y como recomienda AVEPA, dejando libre solo la cabeza. Sujetarle las piernas para que no le cuelguen libremente también puede hacer que se sienta más cómodo y seguro.

Cómo dar una pastilla a un gato

Los medicamentos para gatos suelen presentarse en forma de pastillas. Con la medicación en la mano, ten esto en cuenta: los gatos son criaturas inteligentes que no se toman bien los cambios en su rutina, por lo que no te lo pondrán fácil. A diferencia de un perro, que se zampará alegremente una pastilla escondida en un premio, tendrás que acercarte a tu gato de forma calmada pero calculada.

Si tienes un gato que coopera, prueba a ponerle la pastilla directamente en la boca. No le lances la pastilla dentro de la boca, ya que podría atragantarse (¡o puede que la escupa!). En lugar de eso, colócala en su boca tan lejos como sea posible, aconseja AVEPA. Además, también aconseja darle rápidamente un poco de agua con una jeringa, mantequilla o algo de comida para que se la trague con facilidad.

La «albóndiga»

Otro método para dar una pastilla a tu gato requiere un movimiento más sutil. Empieza por esconder la pastilla en el cuenco de tu gato con su alimento habitual. Lo que mejor funciona es el alimento húmedo o semihúmedo, pero si tu gato solo consume alimento seco, puedes darle alimento húmedo cuando se tome la pastilla, convirtiéndola en un emocionante premio.

Otro truco consiste en esconder la pastilla en una bolita de alimento para gatos. Este juego del escondite puede llevarse a cabo escondiendo la pastilla en el alimento húmedo, convirtiéndolo en una bola y dándosela a tu gato como premio o snack.

Si tu gato rechaza la pastilla en su alimento, puede que te preguntes si puedes tentarle con comida para humanos, como el atún. Sin embargo, muchos alimentos pueden causar molestias gastrointestinales a los gatos. Consulta siempre con tu veterinario antes de dar a tu gato alimentos que no sean para mascotas.

Salsa para gatos

Si buscas otra opción para darle una pastilla a tu gato, quizá estás pensando en probar a triturarla y convertirla en polvo. Sin embargo, como señala Experto Animal, algunas pastillas no funcionan tan bien o pueden dañar el estómago si se trituran, por lo que deben administrarse enteras. Consulta siempre con tu veterinario y obtén su confirmación específica sobre la seguridad de triturar la pastilla antes de hacerlo.

Si la medicación de tu gato puede triturarse, puedes hacerlo aplastándola entre dos cucharas o puedes invertir en un triturador/cortador de pastillas en tu farmacia local o tienda de animales. Esta asequible herramienta hace que triturar la pastilla sea un proceso más sencillo y limpio, ya que la medicación se coloca dentro del dispositivo.

Mezcla el medicamento triturado con una pequeña porción de salsa para gatos, que (con suerte) tu gato se comerá a lengüetazos. En teoría, el fuerte sabor de la salsa enmascarará el sabor desagradable de la pastilla. Nunca le des a tu gato medicamentos junto con leche, ya que muchos gatos no pueden digerir los lácteos. Si rechaza una cucharada de salsa, incorpórala a su alimento habitual, ya sea como aderezo especial para su alimento seco o mezclada con el alimento húmedo.

Fórmula líquida

Si tu gato se niega a tomar la medicación o está demasiado enfermo para comer con normalidad, quizás el veterinario te recete el medicamento en una fórmula líquida que debe administrarse mediante jeringa. La mayoría de los medicamentos líquidos deben conservarse refrigerados. Sin embargo, es más probable que los gatos acepten medicamentos que estén a temperatura ambiente. No calientes nunca los medicamentos en el microondas. Puedes calentarlos sosteniendo la jeringa en la mano durante unos minutos o sumergiéndola en una taza con agua tibia (no caliente).

Como se ha indicado anteriormente, sujeta a tu gato de forma segura y cómoda con la jeringa en tu mano dominante. Deja que tu gato lama la punta de la jeringa para que pueda probar el medicamento y, a continuación, presiona lentamente el émbolo. Dirige el flujo de medicamento hacia la parte posterior de la garganta, pero procura no inclinar su cabeza hacia atrás, ya que podría inhalar parte del líquido o ahogarse.

Una vez que el medicamento esté en la boca de tu gato, mantén su boca cerrada durante un rato para asegurarte de que traga el líquido. No te preocupes si escupe parte del medicamento, es algo común. Aunque un poco del medicamento acabe en tu regazo, no lo vuelvas a medicar en ese momento y espera hasta la siguiente dosis.

Gotas para ojos y oídos

A veces, los gatos necesitan gotas para los ojos o los oídos, sobre todo si son alérgicos. Al igual que cuando administras una pastilla o fórmulas líquidas, tendrás que sujetar bien a tu gato para echárselas.

En el caso de los colirios, Blue Cross recomienda primero dejar que el gato huela el frasco y se familiarice con el olor. Además, aconseja no dejar que el gato vea el bote del colirio directamente. Cuando estés listo para echarle el colirio a tu gato, utiliza los dedos índice y pulgar de la mano no dominante para mantener abierto su párpado y, a continuación, utiliza tu mano dominante para administrarle el medicamento. Para que no lo vea venir, suele ser mejor echarle las gotas desde arriba, desde abajo o desde un lado de la cabeza, en lugar de directamente de frente. No toques nunca el ojo del gato con el cuentagotas ni con los dedos.

En el caso de las gotas para los oídos, introduce el número necesario de gotas en el oído de tu gato y, a continuación, masajea suavemente la base de la oreja mediante movimientos circulares. A tu gato no le gustará ninguno de estos métodos, pero como ocurre con toda la medicación para gatos, es vital para su salud.

Inyecciones

Ciertas enfermedades, como la diabetes, requieren que los propietarios de mascotas inyecten medicación bajo la piel. Te vendrá bien un segundo par de manos para poner las inyecciones, así que consigue un ayudante para que mantenga al gato quieto con una toalla o mediante un agarre firme pero suave.

Dependiendo de la medicación, es posible que tu gato necesite una inyección, así que pide a tu veterinario que te muestre cómo y dónde debes ponérsela. Utiliza siempre una aguja nueva para cada dosis, y anota la hora y la fecha de cada inyección. Asegúrate de hablar con tu veterinario si tienes alguna duda sobre la administración de inyecciones, o si necesitas más consejos u orientación.

Después de administrarle la medicación, mímale un poco más que de costumbre. También es posible que quiera estar solo, así que dale todo el tiempo y espacio que necesite si su deseo es esconderse un rato. Nunca tires una aguja al cubo de la basura cuando hayas terminado. Deposítala en un contenedor para objetos punzantes autorizado o llévala a tu farmacia local o a la consulta de tu veterinario.

Si sospechas que tu gato está enfermo, ponte en contacto con tu veterinario para concertar una visita y dale solo el medicamento específico prescrito por el veterinario. Nunca debe dar a su gato medicamentos de venta libre formulados para las personas (incluidos los colirios), porque muchos de ellos pueden ser peligrosos para los animales de compañía.

Estos consejos son solo algunas ideas útiles. Siempre debes hablar con tu veterinario sobre la mejor forma de administrar medicamentos a tu gato. Además, un examen exhaustivo por parte del veterinario es la mejor forma de diagnosticar y tratar correctamente cualquier enfermedad que tenga tu gato.

Tanto si se trata de un tratamiento corto con antibióticos como de un tratamiento a largo plazo para controlar una enfermedad, a veces es necesario medicar a los gatos. Puede que no te lo agradezca, ¡pero tu gato se sentirá feliz al estar más sano!

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